Las orquídeas conforman una familia monocotiledonia (Orchidaceae), que se caracteriza por sus flores vistosas y complejas. Esta familia diversa cuenta con más de 25000 especies y 800 géneros, que se reparten en las siguientes subfamilias:
- Apostasioideae
- Cypripedioideae
- Epidendroideae
- Orchidoideae
- Vanilloideae
Debido a la belleza de estas especies vegetales, es común que surja la interrogante sobre cómo cuidar una orquídea para disfrutar de sus hermosas e impresionantes floraciones.
Frecuencia de riego
El desarrollo y rendimiento de las orquídeas puede parecer un tanto compleja en algunos casos, aunque para saber cómo cuidar una orquídea, solo es necesario trabajar con tres elementos principales: humedad, calor y luz. El balance entre estos elementos varía de acuerdo a la variedad de orquídea, así como a la estación del año. En general, se reconocen tres tipos principales de orquídeas:
- Terrestres.
- Epífitas.
- Semiterrestres.
Cada una de ellas se caracteriza por tener requerimientos distintos, aunque muchas pueden ser mantenidas en interiores, siempre y cuando se les brinde los cuidados necesarios.
En vista de que se trata de plantas tropicales, la humedad es un factor esencial para su supervivencia. Las orquídeas necesitan riegos abundantes, pero espaciados, de manera que el agua que no es empleada por la planta (exceso), tenga tiempo de drenarse por completo antes del siguiente riego. Una de las maneras más fáciles de proveer agua a una orquídea, es sumergir la maceta o envase donde se mantiene, en un recipiente con agua que cubra la parte inferior de la planta. Luego de sumergirse por unos 10 minutos, se deja escurrir y se ubica en su lugar de siempre. Esto puede realizarse al menos una vez a la semana.
Iluminación
La orquídea es una planta que requiere de bastante luz, aunque esta debe llegar de manera difusa hasta los tejidos de estas especies vegetales. Por eso se recomienda mantenerlas en un lugar abierto y muy iluminado, para que sea capaz de realizar los procesos fotosintéticos y obtener así los nutrientes necesarios para el desarrollo de estructuras florales.
Asimismo, se debe tener mucho cuidado con no exponer a nuestras orquídeas a demasiado sol, puesto que podrían deshidratarse e incluso sus tejidos pueden presentar quemaduras.
Las orquídeas son organismos que viven asociadas a otras plantas, generalmente grandes árboles. Es por ello que sus raíces se han modificado para formar entrelazamientos alrededor de las ramas de su hospedador. Esta característica implica también que las raíces sean capaces de realizar fotosíntesis, por lo que al tenerlas en casa, es importante mantenerlas en un recipiente transparente que deje pasar luz hasta ellas.
Poda
La mayoría de orquídeas usadas como plantas de interior, como especies del género Phalaenopsis, requieren de una poda anual para garantizar una buena floración. Estas plantas requieren de un cuidado rutinario, en el cual se eliminan las hojas secas y flores dañadas o caídas.
Pero además de esto, es necesario que al final de la etapa de floración, se hagan cortes en los tallos florales. Esta acción evitará que el tallo de la planta se vuelva leñoso, además de promover la activación de los siguientes brotes de flores. Al momento de retirar ramas secas o podar la orquídea, se debe contar con herramientas esterilizadas, para evitar contaminar los tejidos de la planta con algún patógeno perjudicial, como hongos y bacterias. Algunos de los aspectos a tener en cuenta para podar una orquídea son:
- En el caso de las ramas o tallos secos, deben ser cortados a partir del tercer nudo, contando desde la base del tallo.
- Las ramas florales que se encuentren secas, también deben cortarse desde el tercer nudo.
- Las raíces también necesitarán podas de vez en cuando, si algunas de ellas se ve muy secas u oscurecidas. Para ello, se extrae con cuidado la planta de su recipiente y se remueven las partes en mal estado.
- Las hojas amarillentas deben eliminarse también con instrumentos adecuados, tijeras afiladas e higienizadas, que permitan realizar cortes limpios, evitando causarle mucho daño a la planta.
Clima, tiempo
Para comprender como cuidar una orquídea de manera correcta, es necesario tomar en cuenta aspectos climáticos y la temperatura. La mayoría de especies de orquídeas provienen de climas tropicales, por lo cual requieren de un rango de temperatura de entre 15 y 30 °C. Para la floración, la planta debe encontrarse entre los 18 y 20°C.
Además, el ambiente debe proveer buenos niveles de humedad y ventilación en general. Un ambiente ventilado garantiza que tu planta se mantenga libre de patógenos como hongos; sin embargo, las ráfagas de aire fuertes o muy frías, pueden perjudicar las hojas de estas especies vegetales.
Abono
Entre el cuidado de una orquídea, es importante mencionar el abono y tipo de sustrato que favorecen a estas plantas. En el mercado, existen diversas opciones de sustratos preparados para las orquídeas; entre ellos, los más usados son los abonos para especies epífitas, pues aportan un buen drenaje y ventilación para las raíces.
El abono es crucial en este tipo de plantas, por lo que debe aplicarse de forma periódica. El tipo de fertilizante a emplear dependerá de la etapa de la planta, es decir, si es juvenil o adulta. El abono suele aplicarse durante el crecimiento foliar y crecimiento del tallo, pero durante la floración debe suspenderse.
En general, a grupos de orquídeas como el género Phalaepnosis, se les aplica abono cada 4 semanas. Este se mezcla con el agua que será utilizada para sumergir la planta en el riego. La cantidad y proporción depende de las indicaciones que porta cada fertilizante.
Plagas y enfermedades
Al igual que la mayoría de organismos vegetales, las orquídeas son susceptibles a sufrir enfermedades, muchas de ellas causadas por agentes patógenos. De esta manera, se conocen tres tipos principales de problemas que se pueden presentar en nuestras orquídeas: parásitos, enfermedades criptógamas, así como enfermedades bacterianas y virales.
Entre los parásitos más comunes encontramos insectos y arácnidos que se aprovechan de los nutrientes de la planta, causándole daños en diversos tejidos. Algunos de ellos son:
- Moscas blancas (Aleyrodidae).
- Arañas rojas (Acari).
- Cochinillas.
- Caracoles y babosas.
- Hormigas.
- Pulgones.
Además de estos, las orquídeas pueden presentar enfermedades criptógamas, relacionadas con la infección por distintos hongos, como:
- Phytophora y Pythium, que causan la podredumbre negra.
- Botrytys, causante de la podredumbre o moho gris.
- Capnodium, relacionado con la enfermedad conocida como negrilla.
- Phyllostica, responsable de la mancha foliar.
Referencias
- Acosta, M. (2020). Cómo podar una orquídea. Ecología Verde https://www.ecologiaverde.com/como-podar-una-orquidea-1922.html
- (2016). Cómo cuidar una orquídea y conseguir vuelva a florecer. https://www.floraqueen.es/blog/como-cuidar-una-orquidea-2/
- Martija-Ochoa, M. (2019). El Gran Libro de las Orquídeas. Parkstone International https://books.google.co.ve/books?id=z4mXDwAAQBAJ&printsec=frontcover&dq=orqu%C3%ADdea&hl=es-419&sa=X&redir_esc=y#v=onepage&q=orqu%C3%ADdea&f=false
- Ross, N. (2017). Cómo Cultivar Orquídeas Para Principiantes: Una Guía Para Principiantes en el Cultivo de Orquídeas. Babelcube Inc https://books.google.co.ve/books?id=BAI3DwAAQBAJ&dq=orqu%C3%ADdea&source=gbs_navlinks_s